Las 5 causas del estrés más comunes

Tomar una clase de yoga, ver tu película favorita o hacer un detox de la ciudad, tratar de relajarse es ciertamente uno de los privilegios o más bien imperativos del siglo XXI. Por más que lo intentemos, a algunos nos resulta difícil huir del estrés de las situaciones del día a día; ¿pero estamos perdidos o existe algún método efectivo y a largo plazo que nos ayude a aliviar el estrés? Sin tratarse de una cura milagrosa, aprender idiomas es una de las mejores maneras de disminuir los niveles de estrés, pues contrarresta cinco de sus causas más comunes y, además, ¡tiene el efecto secundario de que serás capaz de hablar un nuevo idioma!

Ahora bien, ¿cuál es el papel del aprendizaje de idiomas para nuestra salud y bienestar emocional? La Organización Mundial de la Salud ha declarado que el estrés es una de las mayores amenazas para la salud en el siglo XXI y predice que para el 2020 cada segunda baja por enfermedad estará relacionada con situaciones de estrés y ansiedad. Su informe propone que uno de los mecanismos de prevención secundaria y de reducción del estrés es la educación y formación en nuevos campos del conocimiento.

1. El ansia por alcanzar la perfección

Has terminado tu presentación, ¿pero te parece que el color de la gráfica en la diapositiva 47 podría ser un poco más suave? A menudo, las conductas perfeccionistas van de la mano de la ambición. El hecho de vivir en sociedades competitivas nos ha hecho colocar expectativas muy altas en cuanto a nuestro desempeño, una presión innecesaria que puede resultar nociva a largo plazo. ¿Qué podemos hacer al respecto? Una de las primeras lecciones al aprender un idioma es que cometer errores es necesario, pues cuando te equivocas aprendes más rápido cómo funciona el idioma.

2. El agobio laboral

Ya has programado la próxima hora en tu calendario para practicar la presentación que tendrás que hacer a tus socios comerciales en Rusia, pero de repente tienes que ocuparte de esta tarea inesperada que necesita toda tu atención. El trabajo es uno de los principales responsables de los altos niveles de estrés de nuestra era, ya sea debido al volumen, la complejidad, la disponibilidad o la falta de estructura en el enfoque laboral.

3. La frustración de no participar

¿Te han cambiado el vuelo a Estados Unidos, no has recibido la notificación y no entiendes por qué el personal de la aerolínea no te ha dejado subir al avión? Reaccionar en una situación como esta y, además, confiar en que tu interlocutor está entendiendo tu preocupación ciertamente puede llevar nuestros niveles de estrés a otra dimensión. No te preocupes, no necesitas explicarle a nadie la terrible sensación de impotencia y fobia a este tipo de situaciones, been there, done that.

4. Exceso de estímulos y falta de concentración

¿Quieres escribir un discurso de agradecimiento pero el edificio del lado está en construcción, la marcha de un grupo de personas está pasando por tu calle y no sabes cómo enfrentarte a la página en blanco que tienes frente a ti? Los estímulos externos, como el ruido o el frío, suelen tener un efecto negativo en nuestro bienestar y, a menudo, van de la mano con la falta de concentración.

5. Factores personales

Muy seguramente, esta categoría reúne los dramas y situaciones que siguen siendo una fuente recurrente de estrés emocional en tu vida. Ya sea si te peleaste con tu mejor amigo, si acabas de dejar a tu pareja o si estás a punto de mudarte a un nuevo país y de dejarlo todo atrás, evitar el estrés es imposible. Imaginándonos el peor escenario posible, ¿es posible que aprender un idioma pueda ser de mayor utilidad que comer chocolate?

Los conflictos personales nos generan estrés porque ponen a prueba los cimientos de nuestra identidad y alteran el status quo del entorno que nos rodea. Lo más importante en este tipo de situaciones es reforzar nuestra autoestima, poner en perspectiva los problemas y mantener la calma. El hecho de aprender un idioma, ¡y hablarlo!, es una experiencia reconfortante que te relajará y aumentará tu seguridad frente a otras circunstancias. Al aprovechar tu tiempo libre para aprender un idioma estás invirtiendo en tu activo más importante: en ti. Considerando las cosas desde esta perspectiva, se te facilitará resolver con calma los problemas actuales.

Aprender un idioma extranjero trae consigo el beneficio de la empatía, lo que te permitirá abordar de manera adecuada situaciones de estrés a consecuencia de la inconformidad o de la falta de comunicación con tu interlocutor. Por último, un nuevo idioma siempre te permitirá conocer gente interesante.

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