La polémica por la salida de Myrka Dellanos de Telemundo sigue dando de qué hablar.
Especialmente tras las declaraciones del periodista Javier Ceriani, quien aseguró que la desvinculación de la presentadora no fue tan amistosa como se quiso hacer creer.
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Según su versión, todo habría surgido por conflictos internos y reportes presentados ante Recursos Humanos por parte de sus compañeras de programa.
Verónica Bastos y Giselle Blondet. Esto habría sido el resultado de una convivencia laboral cada vez más tensa.
Ceriani explicó que las diferencias entre las tres comunicadoras no eran recientes, sino que venían arrastrándose desde hacía meses.
Hasta generar un ambiente de frialdad y desconfianza en el set. Myrka, al sentirse señalada, también habría tomado medidas similares.
Provocando un clima cargado de rivalidad que finalmente llevó a una ruptura definitiva dentro del equipo de La Mesa Caliente.
El periodista describió esta situación como una “guerra silenciosa” en la que ninguna de las involucradas quiso ceder terreno.
Aunque ninguna ha dado declaraciones públicas al respecto, las redes sociales se llenaron de comentarios divididos:
Unos defendiendo a Dellanos y otros asegurando que fue una consecuencia natural de la presión y la competencia en televisión.
En definitiva, esta controversia vuelve a exponer la realidad de los medios: detrás del brillo y la fama, existen egos, roces y decisiones difíciles.
Lo ocurrido con Myrka Dellanos refleja cómo las tensiones internas pueden destruir equipos consolidados y dejar en evidencia que, en el mundo del espectáculo, la armonía frente a las cámaras no siempre coincide con lo que sucede fuera de ellas.
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