Durante la emotiva ceremonia por el nombramiento de la “Calle Gloria Estefan” en Miami, la legendaria cantante cubanoamericana vivió un momento inesperado que rápidamente se volvió viral.
Mientras atendía a la prensa, un periodista le lanzó una pregunta incómoda que hizo que todos los presentes guardaran silencio por unos segundos:
“¿Para caminar en esta calle no se necesitará ni papeles ni pasaporte?”
VER EL VIDEO DE LA RESPUESTA DE GLORIA ESTEFAN AL FINAL DE ESTE ARTICULO.
El comentario hacía alusión a las recientes redadas a inmigrantes que se han estado realizando en distintos estados de Estados Unidos, donde las autoridades exigen documentos de identidad y residencia.
La pregunta fue interpretada como una provocación, especialmente en un evento destinado a celebrar el legado cultural y artístico de una de las figuras más queridas por la comunidad latina.
Lejos de molestarse o evadir el tema, Gloria Estefan reaccionó con la elegancia y firmeza que la caracterizan. Tomó el micrófono y, con una sonrisa segura, respondió contundentemente.
Su respuesta, cargada de simbolismo y empatía, fue recibida con una ovación de pie. Muchos asistentes no pudieron contener las lágrimas al escucharla.
Recordando que Gloria Estefan también fue inmigrante y que su historia es la de miles que llegaron a Estados Unidos buscando libertad y oportunidades.
La artista aprovechó el momento para reflexionar sobre la importancia de la unión y la solidaridad entre los hispanos, subrayando que Miami es el ejemplo perfecto de una ciudad construida por inmigrantes de todas las nacionalidades.
“Aquí nadie sobra, todos hemos aportado para que este lugar sea lo que es hoy: una mezcla de culturas, sabores y sueños cumplidos”, añadió.
El evento, que debía ser una simple celebración, terminó convirtiéndose en un poderoso mensaje sobre inclusión, orgullo y respeto.
Una vez más, Gloria Estefan demostró por qué sigue siendo una de las voces más admiradas no solo por su talento, sino también por su compromiso con la comunidad latina.
Con una sola respuesta, logró transformar una pregunta provocadora en una lección de humanidad, dignidad y amor por sus raíces.