La banda que lució Lina Luaces durante el certamen Miss Universo se convirtió en uno de los elementos más comentados de su presentación.
Su diseño no solo resaltó por la estética, sino por el mensaje que encierra, un símbolo que refleja identidad, fuerza y orgullo por sus raíces.
Cada trazo y detalle de esa banda representa una conexión profunda con su herencia cubana.
Lina no solo la portó como parte del vestuario, sino como un emblema de la historia familiar que la inspira y del carácter resiliente que la define como mujer.
Su manera de mostrarla en el escenario, con elegancia y determinación, reveló el peso emocional que tiene para ella.
Más allá del brillo y las cámaras, Luaces dejó claro que la belleza cobra un significado mayor cuando se acompaña de propósito y convicción.
Este gesto fue una declaración silenciosa pero poderosa: Lina entiende lo que representa su país y la responsabilidad de llevarlo en el pecho.
Su presencia transmitió respeto, orgullo y un amor genuino por sus raíces caribeñas.
En resumen, la banda se convirtió en un símbolo de identidad y autenticidad. Ese detalle, aparentemente pequeño, recordó al público que la verdadera belleza no solo se ve, también se siente y se cuenta desde el corazón.